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Garantizar la integridad mecánica mediante la gestión de la degradación

Un sólido plan de gestión de la degradación es clave para evitar fallos costosos y garantizar la longevidad de los activos. Obtenga una vista previa de nuestro libro blanco sobre Integridad mecánica y el Marco de gestión de la corrosión (CMF). Rellene el siguiente formulario para obtener acceso completo.

15 agosto '24

inspector sobre el terreno inspeccionando daños en tuberías

A medida que envejecen los equipos y las infraestructuras, la degradación reduce el rendimiento y aumenta los costes de mantenimiento. Por eso es esencial contar con un sólido plan de gestión de la degradación para identificar y abordar los problemas en una fase temprana, optimizar las inspecciones y evitar fallos costosos. Este enfoque proactivo garantiza la longevidad de los activos y la eficiencia operativa. Esta entrada del blog ofrece un vistazo a nuestro libro blanco Garantizar la integridad mecánica con una metodología de gestión de la degradación robusta, aprender más sobre la gestión de la degradación y el Marco de Gestión de la Corrosión (CMF) y no se olvide de rellenar el siguiente formulario para acceder al documento completo. 

Gestión de la degradación

A medida que los equipos y las infraestructuras envejecen, la degradación se hace inevitable, lo que provoca una reducción del rendimiento y posibles fallos. Esto crea retos inesperados y eleva los costes de inspección y mantenimiento. Un plan sólido de gestión de la degradación es esencial para identificar y abordar estos problemas en una fase temprana, optimizar las inspecciones y evitar fallos costosos. Al supervisar activamente las barreras y las salvaguardas, los posibles problemas pueden mitigarse antes de que se agraven, garantizando la longevidad de los activos. Este enfoque proactivo reduce el gasto de recursos, protege las inversiones y garantiza la fiabilidad y eficiencia a largo plazo.

El Marco de Gestión de la Corrosión (MGC)

El Marco de Gestión de la Corrosión (CMF) comenzó como una herramienta especializada para optimizar las estrategias de inspección y gestionar la integridad mecánica, centrada principalmente en la corrosión de equipos y tuberías. Con el tiempo, ha evolucionado hasta convertirse en una metodología integral que aborda todas las formas de mecanismos de degradación (MD). El CMF hace hincapié en un enfoque sistemático para gestionar los factores de degradación que afectan a la integridad de los equipos.

En el corazón del CMF se encuentra el concepto de Gestión de la Degradación, que implica la identificación de DMs específicos y la introducción de controles conocidos como Barreras (o Salvaguardas Mecánicas) para mantener la integridad. Este proceso incluye la verificación continua de la integridad, con inspecciones rutinarias de las barreras físicas y la supervisión de las ventanas operativas de integridad (IOW) de las barreras químicas y de proceso. Estas verificaciones garantizan la eficacia de las barreras y guían los esfuerzos posteriores de inspección y supervisión. El enfoque cíclico del CMF, que incluye inspecciones, análisis de datos, acciones de seguimiento y mantenimiento proactivo, cierra eficazmente el bucle e inicia un nuevo ciclo de gestión de la degradación. Su adaptabilidad se pone de manifiesto en su aplicación a diversos retos, como la gestión de la Corrosión Bajo Aislamiento (CUI), demostrando su eficacia en toda una serie de escenarios de degradación.

Evolución de la gestión de la degradación

La historia de la gestión de la corrosión se remonta a los primeros tiempos de la industrialización, cuando las estructuras metálicas y los equipos se enfrentaban a importantes retos debidos a la corrosión. A medida que las industrias crecían, también lo hacía la necesidad de enfoques sistemáticos para combatir los problemas relacionados con la corrosión. Esto condujo al desarrollo de la ciencia de la corrosión y a la creación de materiales resistentes a la corrosión y revestimientos protectores.

Con la industrialización, se hizo evidente la necesidad de estrategias de gestión de la corrosión más sólidas. Reconociendo las pérdidas económicas y los riesgos que la corrosión supone para las infraestructuras, los expertos desarrollaron metodologías integrales para comprender mejor los mecanismos de corrosión, identificar los riesgos y aplicar intervenciones eficaces.

A medida que la CMF evolucionó, se amplió para abordar diversos mecanismos de degradación más allá de la corrosión, como la erosión, la fatiga, la abrasión y la degradación química. Este marco más amplio reconoce que, aunque la corrosión sigue siendo una preocupación importante, otros procesos de degradación también plantean riesgos para la integridad de las infraestructuras.

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